La La Land y otros buenos musicales

Lo sabemos, es un género complicado. Pocas personas tienen el valor para aceptar que son fanáticos de los musicales. Y es que la opinión pública tiene sus motivos para dudar de ellos y arrinconarlos en el estante de cine meloso y aburrido. Eso por supuesto tiene sus grande excepciones, pero ¿no todos los géneros lo tienen?

Pensemos por ejemplo en el cine de acción, regularmente asociado a contenidos vacíos de edulcorada cinematografía, o el cine de terror que tanto recauda en taquilla pero que es tomado con poca seriedad por muchos. Ambos géneros tienen sus excepciones fabulosas, así que por qué no darle la oportunidad al cine musical, sobre todo cuando este año veremos triunfar a un musical en todos los medios especializados. De hecho, La La Land ya rompió el récord de ser la película con más galardones en los Globos de Oro, así que algo hicieron bien ¿no les parece?

A grandes rasgos, La La Land cuenta una tradicional historia de lucha y esfuerzo por perseguir los sueños, -tema recurrente en los musicales-, rellana con una historia de amor, romance y todo lo que esto conlleva. Por supuesto la historia no parece para nada nueva o diferente a lo que hemos visto por años, sin embargo, la forma en que está hecha es lo que ha llamado la atención del mundo, y he ahí lo importante.

Comencemos hablando de Damien Chazelle, director y escritor del film, quien a sus 32 años se ha convertido en una de las figuras a seguir del nuevo cine hollywoodense y quien hace unos años nos entregó una ópera prima por demás fabulosa llamada Whiplash, que de igual manera lidia con la música, las aspiraciones a la grandeza y los obstáculos que se presentan y pueden acabar con los nervios. Chazelle además de tener un ritmo preciso y atractivo en la narrativa de sus filmes, se presenta como un verdadero amante de la música, especialmente del jazz, género que se encuentra presente de igual manera en La La Land.

Pero qué hay sobre otras películas musicales que podamos ver para irnos familiarizando con ese cine donde los personajes incidentalmente empiezan a cantar y a hacer números de baile. Hay muy buenos y no tan famosos ejemplos, como American Pop de Ralph Bakshi una película animada por rotoscopio (técnica que toma fotogramas reales y les añade imágenes y colores para dar un look caricaturesco) que cuenta la historia de una familia ligada a la música, el soundtrack es por demás increíble. O qué tal Rock & Roll High School aquella cinta de ultra culto donde aparecen los Ramones y que por supuesto cuenta con un soundtrack bastante punk y números musicales energéticos y desaliñados.

En la categoría de ultra culto tenemos Phantom Of The Paradise, una reinvención sci-fi que ha impactado hasta los huesos de muchos proyectos como los famosos robots del house francés, Daft Punk. Y hablando de Daft Punk, ellos mismos tiene un esfuerzo musical animado, donde recopilan temas de sus segundo álbum, Interstella 5555.

También hablando sobre músicos famosos, ahí está Absolute Beginners de 1986, dirigida por Julien Temple, la cual está ligada al tema del mismo nombre de David Bowie, quien además hace una aparición increíble. Esta película tiene también el gran acierto de ser consciente socialmente y hablar con un poco más profundidad que el cine musical regular.

Otro buenos ejemplos no tan alejados podrían ser Velvet Goldmine de Todd Haynes, Hedwig And The Angry Inch o Tommy esa famosa oda creada por The Who y llena de grandes cameos.

Así que, piérdanle el miedo a los musicales, recuerden que no hay géneros malos, hay gente que los hace mal, y todos esos que les mencionamos son garantía.