Sabor de la calle

Paladar y patrimonio

Hablar de la calle y sus confines es inevitablemente pensar en cómo, qué y quién la ocupa, no precisamente en ese orden. En nuestro país, el sinsentido siempre gana la batalla a la razón: típico de nuestra idiosincrasia. A la comida callejera ya hay que hacerla patrimonio histórico, pues resulta imposible hablar de las calles en México sin sacar a colación la comida.

La gastronomía callejera de Puebla es vasta y rica en todos los sentidos de la palabra. Para este mes, nos dimos a la tarea de encontrar los espacios urbanos más exquisitos, aquellos a los que simplemente no se le puede decir que no:

POR LAS CALLES DEL CENTRO DE PUEBLA

El Parián es un digno referente de la comida típica poblana llevada a las calles. Todas las noches alrededor de las 8:00 pm la plaza se transforma en un gran bufete en el que hay de todo. No importa cómo inicies tu recorrido: de esquina a esquina te vas a encontrar algo diferente y exquisito.

Entre los vendedores no falta el legendario puesto de esquites y elotes, aunque éste en especial se encuentra abastecido con una variedad increíble: esquites asados, el tradicional y los suculentos tostiesquites y dorilocos.

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Desde los tradicionales esquites hasta los dorilocos

Como si lo anterior no fuera suficiente, queda el abrazador aroma de las chalupas, preparadas justo al lado de los esquites.

Esta calle es punto de reunión para quienes al salir del trabajo andan con antojo de algo rico y calientito, como el café de olla. También te encuentras con estudiantes y parejas que van por algún postre, como el tradicional arroz con leche, o las ricas cremitas y flan con la sazón especial de “la patrona”. Y para rematar están las inigualables pelonas, admiradas por aquellos que están de visita en la ciudad.

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El lado dulce de la comida callejera

Para los que andan con el propósito de llegar con todo, y para aquellos que disfruten de las caminatas de nuestro Recorrido, aquí encontrarán algo que saciará su hambre: Hamburguesas gigantes con papas y tacos de carne asada, los dos últimos grandes puestos que componen esta calle tan adorada ubicada en la esquina de la 2 Oriente y la 6 Norte. En el número 205, para ser más precisos.

Pero si de verdad quieres hacer de tu recorrido una aventura, entonces recomendamos te dirijas a la 16 de Septiembre. Comienza desde el Parque del Carmen, donde encontrarás las clásicas nieves, así como las verdaderas y originales papas del Carmen; un portón sobre la 16, entre la 15 y la 13 poniente, será tu señal para ubicarlas. Y si te quedas con hambre, es cuestión de caminar unos cuantos pasos para llegar a unos molotes que consideramos legendarios. Por supuesto, al ser un recorrido en Puebla es inevitable encontrarse con chalupas y tacos.

Y eso es sólo en la primera cuadra, sigue caminando hasta el Zócalo y encontrarás en tu camino tortitas de nata, obleas, dulces típicos poblanos y uno que otro vendedor de dulces y cacahuates.

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A veces faltan banquitos todos para los que llegan a cenar

POR LAS CALLES DE CHOLULA

Existe de martes a domingo un bufete de guisos bien mexicanos, habilitado campestre pero acogedor, para que tú dispongas qué relleno quieres en tu quesadilla. Lo mejor, después de la sazón, es la vista: una panorámica exclusiva del tesoro choluteca. El lugar ideal para desayunar en el espacio que comprende lo urbano y, al mismo tiempo, lo natural. Un nuevo concepto que responde al nombre en el letrero: Bufete en Quesadilla. No podría ser más claro.

La calle no deja de ser tradición, y para evocarlo están siempre los tamales: dentro o fuera de la torta, es indiferente. Sobre la Plaza de la Concordia en San Pedro Cholula, desde hace más de 20 años, está aquél puesto/carrito en donde venden el canario (dulce y singular tamal) así como los clásicos salados: mole, rajas, verde y jarocho.

¿Comida argentina para cenar y con un presupuesto de 50 pesos? La respuesta es sí: Los Choripanes. La relación entre las variables puede no tener tanto sentido: no te preocupes, en las calles de Cholula habitan cosas sinsentido, pero por fortuna de buen sabor. Encontrarás, en la calle de Atzala en San Andrés, de lunes a sábado, además de choripanes -valga la obviedad-, empanadas de carne y choclo, así como pepitos de arrachera.

El maíz nunca deja la calle, sólo se transforma en elote, en esquite o chilatole. Mencionar un sitio en particular sería sencillamente ignorar su constante estado de metamorfosis. En Cholula encontrarás más de uno en cada esquina, pero si no quieres esperar a que te aparezcan, acércate en las noches al zócalo de San Pedro o al de San Andrés y aparéceteles tú. El carrito, el tenderete o la simple mesa, en qué se apoya quien los vende es lo de menos.

Hace no mucho, la vía y las memelas casi siempre iban en la misma oración: las memelas de la vía. Hoy su lugar lo ocupa un tren: antes en la vía, hoy frente al convento, las memelas se mantienen. Las mismas, únicas e inigualables. Su nueva ubicación está a un par de calles: en la 2 norte, sobre la Plaza de la Concordia.

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